“Mi papá tiene ganas de celebrar su cumpleaños de 50 en el lago Baikal. ¿Vamos?” – Me preguntó mi compañera de vida un día de verano durante nuestra estancia temporal en Ibiza. “¿Dónde queda el lago Baikal?”, pregunté, ya que no estaba ni enterado de su existencia. “En Rusia… plena Siberia”. Una pausa… “¿Siberia en febrero? ¿En pleno invierno? ¿Qué temperatura hace?”. – “Entre 20 y 40 grados… bajo cero”. La pausa se eternizó, dejando ya en ese momento, congelado. “Bueno, ¡vamos!”.
Así nació la idea de ir a Rusia y, por consiguiente, empezamos a pensar qué otros lugares podríamos visitar. Claro, el tren transiberiano tomó rápidamente un lugar de protagonismo para unir las diferentes ciudades que nos pudieran interesar.
De 15 a 45 días. Un plan que crecía día a día.
Al momento de poner al lago Baikal como destino principal, empezamos a pensar en múltiples posibilidades de viajes, trayectos y sub-trayectos. Podríamos empezar por San Petersburgo con una visita de 4 ó 5 días, para luego tomar el tren pasando por Moscú, Kazán, Ekaterimburgo, Irkutsk, desviarnos al Baikal, y continuar hasta Vladivostok, y volver, o continuar hasta China y volver atravesando toda Asia. O, como hicimos finalmente, hacer un recorrido circular más corto.
Lo que teníamos muy en claro era que teníamos muchas ganas de hacer varios tramos en el tren transiberiano. Lo que originalmente se planteaba como un viaje de 15 días entre Moscú, Ekaterimburgo y el lago, se transformó en un viaje de un mes y medio, atravesando el helado invierno siberiano. Los trayectos en este mítico tren fueron una experiencia súper interesante, y es el motivo principal de esta publicación.
- Precio mínimo ofrecido por este vendedor en los 30 días anteriores a la oferta: 451.95€
- Objectivo con distancia focal fija de 35 mm y con apertura f/2
- Compatible con cámaras fotográficas Fujifilm
¿Qué esperar del viaje?
Bueno, esta puede ser una pregunta difícil de responder, ya que las expectativas que cada uno tenga difieren ampliamente. Sin embargo, en cuanto a lo que yo he vivido, pueden esperar tener una experiencia que seguramente nunca olvidarán. Desde el momento de comprar los boletos (lo mejor es comprarlos en la página oficial de trenes de Rusia), pasando por el momento de subir al tren y presentar los pasaportes a la inspectora para poder abordar, entrar al vagón en busca de tu asiento en un compartimiento abierto y compartido entre 6 personas (como fue nuestro caso, ya que viajamos en tercera clase), hasta el viaje en sí mismo, viendo cómo el paisaje se convierte en rural y luego se mantiene prácticamente igual, todo cubierto de nieve y pasando más de 24 horas allí, todo esto hace que esté aquí compartiendo esta historia. Lo que vivas, no te dejará indiferente.
Nosotros hicimos 3 tramos en este tren que recorre más de 7 mil kilómetros entre San Petersburgo y Vladivostok (en el límite con Corea del Norte); Moscú-Ekaterimburgo, Ekaterimburgo-Kazán, y Kazán-San Petersburgo.
El primero de ellos fue el más largo, de unas 28 horas de duración, entre la capital rusa y la cuarta ciudad más importante del país, Ekaterimburgo.
Un viaje que inspira a la fotografía documental
Si bien esta rama de la fotografía, la documental, no es mi fuerte, puedo decir que este tipo de viajes expone una infinidad de oportunidades para hacer un reportaje de ese estilo. Desde el tipo de gente que viaja, hasta las situaciones que se viven tanto dentro como fuera del tren, en cada una de las paradas, o incluso una serie de retratos, tanto robados como “pedidos”. En mi caso, que no me considero un documentalista, guardé algunos registros del tramo entre Moscú y Ekaterimburgo principalmente, ya que fue el más largo.
No es objeto de esta publicación extenderme mucho en los detalles del viaje (para lo cual pueden ver la entrada en mi blog), sino hablar de la experiencia fotográfica que este trayecto sugiere, y recomendar cuál es el equipo fotográfico ideal para viajar en el transiberiano.
El tipo de viaje que estoy haciendo hace ya más de un año y medio (desde el 29 de abril de 2019 que salí de Argentina) implicó buscar la manera óptima de poder llevar toda la ropa imprescindible multi-estacional (muy difícil abarcar un rango de entre 40ºC y -40ºC en una mochila de 55 litros) y lo esencial para mí; mi equipo fotográfico.
- Distancia focal 10-24 mm
- Estabilizador de imagen
Sabiendo que estaría moviéndome con mucha frecuencia, tras mucho análisis, terminé decidiendo dejar mi equipo Canon que tantas satisfacciones me había dado, por algo ligero, que ocupe poco espacio y con el que no resignara una pizca de calidad. Entre las alternativas principales estaban Sony y Fuji. La elección tomada fue irreprochable y sumamente acertada. La Fujifilm X-T3 se convertiría en mi gran aliada de esta nueva etapa en mi vida.
Viajar en tren por casi 30 horas te impone diferentes escenarios, paisajes y situaciones de luz. En general, lo que predomina, sobre todo en invierno, son condiciones de luz baja. Por lo tanto, contar con una cámara con un buen rango dinámico y un buen control de ruido en ISOs altos, es muy recomendable. Y si contamos con ópticas de número F bajo, es decir, ópticas luminosas (o rápidas), es ideal.
Por ejemplo, observen las fotografías a continuación e intenten situarse en el lugar. ¿Qué valores de exposición creen que serían necesarios para obtener una imagen correctamente expuesta?
Al momento de realizar este viaje por Rusia, contaba con 3 ópticas; el Fujinon XF 35mm f/2.0 R WR, el Fujinon XF 10-24mm f/4 R OIS y el Fujinon XF 55-200mm f/3.5-4.8 R LM OIS. Una combinación espectacular para viajar liviano sin resignar calidad de imagen. Además, un kit económico salvo por el 10-24mm, que es el más caro de los 3. Aunque como Fuji acaba de lanzar la nueva versión de esta óptica, con sellado, mejora en el estabilizador y el anillo de diafragma con las marcas de los números f (entre otras cosas), es esperable que la versión anterior disminuya su precio e incluso que se consiga alguno usado en muy buen estado a buen precio.
Volviendo al viaje, el lente que estuvo montado en la cámara el 90% del tiempo fue el Fujinon 35mm f/2. Es el más pequeño de los 3, fácil de guardar, liviano, con una calidad óptica excelente, sellado contra polvo y humedad, y un número f más que adecuado para las condiciones de luz con las que me encontraba. Sin embargo, es cierto que por momentos puede ser muy útil contar con un lente estabilizado para no forzar tanto el ISO, aunque la realidad es que Fujifilm maneja de manera estupenda el nivel de ruido en sensibilidades altas. En algunos de esos momentos utilicé el 10-24mm, que dispone de un estabilizador de 5,5EV. Además, en el interior del tren, el 35mm puede quedar un poco “largo”, ya que tiene un ángulo de visión equivalente a un 50mm.
Muchos de ustedes seguramente tengan el 23mm f/2, o el 18-55mm f/2.8-4.0, los cuales también son muy adecuados para estos espacios reducidos. Con el Fujinon 23mm se cubren las situaciones que más podremos ver. Una ventaja adicional respecto al 35mm es que la velocidad mínima de disparo para evitar la trepidación propia de nuestra mano se reduce de 1/60s (idealmente, no menos de 1/80s) a 1/40s. Parece poco, pero ese 1/3 de EV de diferencia a favor del 23mm se agradece. Claro que también se puede subir 1/3 EV de ISO y asunto resuelto. En fin, es como cada uno elija, sobre todo, el tipo de imagen que quiera lograr.
- Excepcional calidad de imagen gracias a sistema sensor/procesador de cuarta generación
- Excelente funcionamiento de sistema af
- Perfecto visor electrónico para seguimiento de sujetos en movimiento
Una buena opción, si dispones del dinero, es la Fujifilm X-T4 (que viene con IBIS, es decir, estabilización en el sensor) o por la nueva Fujifilm X-S10, que es más compacta (parecida a la XT-30 en dimensiones), con una mejora notable en la empuñadura, pantalla articulada, estabilizador en el cuerpo y el mismo sensor X-Trans CMOS 4 de 26,1MP que traen tanto la Fuji X-T4 como la X-T3. Por lo tanto, la calidad de imagen está más que garantizada.
Más allá del equipo fotográfico que tengan, lo que es realmente más importante, por lo menos desde mi punto de vista, es la experiencia en sí misma. Las imágenes que queden en la retina, la gente que uno conoce, los climas que atraviesa, los estados de ánimo por los que pasa… Y si quedan registros fotográficos, que sean compartidos.
Estas son algunas de las fotos que tomé de mi compañera de vida, en una de las estaciones en las que nos detuvimos algunos minutos.
Este viaje que hice por Rusia forma parte de un Fotolibro que realicé recientemente, en el que cubro mi experiencia captada a través de la cámara entre Alemania y Rusia durante 3 meses y medio, desde noviembre hasta fines de febrero. En él, expongo las emociones sentidas de manera inconsciente, que fueron plasmadas en fotografías. Es un relato en imágenes, con muy poco texto, en el que cuento las sensaciones vividas en este gran camino que elegí transitar, en busca de concretar mis sueños para ser un fotógrafo de viajes y paisajes. El título del libro es “-32. Atravesando el invierno”. Pueden ver más detalles de esa historia en mi blog, y también pueden ver en el siguiente enlace mi galería de viajes.
Puedes seguir su trabajo en los siguientes enlaces:
Una vez más gracias a todos por compartir vuestras fotos en nuestro canal de Instagram y utilizar el hastag #fujiadictos.
Y para todos aquellos que estén buscando un buen libro de fotografía, te recomendamos 2 libros para empezar en la fotografía de retrato